INTRODUCCIÓN:

 

El “Parque Nacional Lagunas de Montebello” (PNLM) se localiza al sur del estado de Chiapas, en la frontera con Guatemala (Fig. 1a).  Estos lagos se ubican en la parte baja de la cuenca del Río Grande de Comitán (RGC), en una zona geológicamente dominada por rocas calizas del Cretácico.  Este tipo de rocas son susceptibles a la disolución por el agua de lluvia y el agua subterránea, lo que genera una serie de pozas características del paisaje kárstico, en las que se desarrollan los lagos.  En la zona hay más de 60 lagos que de forma general se pueden dividir en dos grupos (Durán et al. 2014), los lagos de planicie, hacia el noreste y los lagos de montaña hacia el suroeste (Fig. 1b).  Los lagos de planicie reciben el flujo del RGC y la mayoría están conectados por canales.  Estos lagos tienen un clima templado-subhúmedo (temperatura media anual de 17.2°C y precipitación anual de ~ 1200 mm/año), están rodeados principalmente por zonas agrícolas que drenan hacia ellos y muchos tienen aguas turbias y niveles de nutrientes altos (eutróficos), lo que disminuye su atractivo turístico (Vera-Franco et al. 2015).  Los lagos de montaña en contraparte, no están conectados por corrientes superficiales, tienen un clima templado-húmedo (temperatura media anual de 17.2°C y precipitación anual de ~ 2,500 mm/año) y una cubierta de bosques de pino y liquidámbar mejor preservados.  Estos lagos se caracterizan por tener aguas claras y bajos niveles de nutrientes (oligotróficos) y representan el mayor atractivo turístico de la zona.

 

 

Es probable que los lagos que hoy en día tienen aguas turbias hayan tenido en el pasado aguas más caras, ya que la población local reporta que desde hace varios años algunos lagos empezaron a volverse más turbios y a desprender olores desagradables (Vera-Franco et al. 2015).  Existen algunas evidencias de que estos lagos están experimentando un proceso de eutrofización muy posiblemente asociado con el incremento en la deforestación y el transporte de sedimentos por el RGC (Caballero et al. 2019), es por ello que identificamos a los lagos turbios y eutróficos como lagos impactados, mientras que los lagos de aguas claras y oligotróficos los consideramos no impactados (Vera-Franco et al.

 

2015).  Con el objetivo de estudiar más a fondo a los lagos del PNLM y de documentar y entender mejor este proceso de degradación, se iniciaron una serie de proyectos de investigación por parte de la Universidad Nacional Autónoma de México, en los que ha participado el Laboratorio de Paleolimnología del Instituto de Geofísica de la UNAM.  Con este fin se postuló el proyecto PAPIIT-IV200319 “Área experimental de lagos tropicales”; entre otras cosas, en este proyecto estamos estudiando las secuencias sedimentarias de 7 lagos (Fig. 1b), 3 impactados (Balamtetik, San Lorenzo y Bosque Azul) y 4 no impactados, dos ubicados en la zona NW de planicie (San José y Peñasquito) y dos en la zona SE de montaña (Montebello y Tziscao).