Lagos de El Sol y La Luna (Nevado de Toluca, Estado de México)

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Las diferencias en los parámetros fisicoquímicos de El Sol y La Luna se ven reflejadas en su diversidad biológica, en particular en su flora de diatomeas. Los valores más elevados de pH en el lago El Sol determinan que las especies de diatomeas que dominan en este lago sean Cavinula pseudoscutifromis, Psamothidium levanderi y Aulacosira nivaloides con la presencia de una especie posiblemente endémica identificada como Navicula NTB. Por otra parte, el pH más ácido de La Luna determina que las diatomeas que dominan sean: Encyonema perpusilla, Psamothidium helveticum, y otra especie muy posiblemente endémica identificada como Navicula NTA. En este lago se han encontrado además dos especies endémicas de cladóceros: Illyocryptus nevadensis Cervantes, Gutiérrez & Elías 2008 y Alona manueli Sinev & Zawisza 2013. Estas dos especies, junto con Daphnia longispina dominan la fauna de cladóceros en La Luna.

 

 

En La Luna se han realizado estudios paleoambientales que abarcan todo su registro sedimentario, desde su formación hace unos 7,000 años, cuando los glaciares que cubrían el interior del cráter del Nevado de Toluca se derritieron. El ambiente lacustre se establece hace 6,000 años, bajo condiciones de inviernos más fríos que favorecen un conjunto de diatomeas y cladóceros muy distintos de los que actualmente viven en el lago. Las condiciones ambientales similares a las modernas, con la presencia de la flora moderna de diatomeas en el lago, se registran desde hace 4,700 años. Se registra un evento eruptivo proveniente de otro volcán datado hace 5,600 años, pero no hay evidencias de que el Nevado de Toluca haya estado activo durante los últimos 7,000 años. En los cladóceros y la susceptibilidad magnética se registra una señal hacia ambientes un poco más someros (secos) después de hace 4,000 años y el registro de polen indica que desde hace 3,500 años los pobladores ascendían al cráter del volcán para depositar ofrendas de materiales vegetales en el lago. Sin embargo, el momento de mayor cambio ecológico en La Luna ocurre durante la Pequeña Edad de Hielo cuando aumenta la abundancia de las diatomeas típicas del lago El Sol, indicando un aumento en su pH entre 1600 y 1910. Después de 1910 el conjunto de diatomeas y de cladóceros vuelven a estar compuestos por las especies que caracterizan actualmente a La Luna, indicando que se recuperaron las condiciones del lago. Hacia la cima del núcleo estudiado (1940 o 1950) se registra una desaparición temporal de cladócero Daphnia longispina, que pudiera ser explicado por un intento fallido de introducir la trucha arcoíris en este lago a mediados del siglo XX, cuando políticas gubernamentales promovieron la introducción de peces en varios cuerpos de agua considerados infértiles en el centro de México, incluido el lago de El Sol.

Fig. 1 Registro de diatomeas del lago La Luna (Caballero et al. 2020).

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